sábado, 17 de agosto de 2013

TODO ES DIOS


Evolucionar significa encontrar a Dios en la infinidad de estados, reinos, lugares, formas, colores, funciones, conductas y apariencias que asume. Reconocer que es el espíritu, el alma y el cuerpo de todo lo que existe. Que es consciencia experimentando e interactuando desde las mentes y cuerpos de la infinidad de seres que conforman la humanidad,  desde la infinidad de formas y especies que conforman la naturaleza, desde la extraordinaria variedad de planetas, soles, galaxias y nebulosas que conforman el universo. Evolucionar significa reconocer y aceptar que "Todo es Dios"...

Cada parte de esa extraordinaria diversidad aparentemente separada, tiene su propia esencia, su propia función y conducta, su propia manera de percibir la realidad. Sus niveles de consciencia son muy distintos, sin embargo todos buscan manifestar su esencia, intuitivamente reconocen que es la unica manera para encontrar su paz interior, su felicidad y para impulsar su propio perfeccionamiento. Lo maravilloso es que todos y todo lo que lo compone la realidad en la que existes, es único y original, aún en la misma especie no hay dos formas iguales, en la misma cultura no existen dos personas iguales, en la misma familia no hay dos miembros iguales. A pesar que es la misma consciencia la que los anima, les da sustancia, forma y conducta, porque sólo hay Dios. No es que hay un solo Dios, sino que "Todo es Dios"...

Un Dios que adora la diversidad, cuya esencia es de amor y orden para permitir su infinita y eterna manifestación, para garantizar que todo lo que surja a la existencia llegue a su máxima belleza, a su máximo perfeccionamiento, a su máxima auto consciencia. Lo fabuloso es que toda esa diversidad interactua consigo misma conformando un entramado de relaciones perfectas, siempre de beneficio y aprendizaje mutuo. Todas las experiencias que genera esa mezcla de entidades con distintos niveles de percepción, de poder y de consciencia, permite que cada parte y El Todo, acumule sabiduría, certeza y comprensión sobre lo que es verdad.  Sobre como generar orden y armonía para permitir la eterna manifestación de diversidad y las nuevas probabilidades de gozar del ser, que su infinita potencia anhela...

Evoluciona el que comprende lo que significa su amor: su sencilla humildad que no conmina ningún tipo de adoración; su extraordinario respeto por el libre albedrio -al que accede tarde o temprano en su proceso evolutivo- cada parte de su infinito si mismo; su total incondicionalidad para permitir esa libertad y la responsabilidad que otorga, a cada parte individual sobre su propia creación y sobre las interacciones que establece; Incondicionalidad que permite y respeta aún la cadena de decisiones equivocadas, las manifestaciones de ignorancia temporal que algunos llaman maldad, necesaria para permitir -por contraste y discernimiento- el reconocimiento de lo bueno, lo bello, lo que genera orden, felicidad, paz interior, abundancia, salud y buena compañía...

Todo lo que te rodea, los edificios, las ciudades, la naturaleza, el planeta en el que viajas por el espacio, todo lo que algunos llaman materia, es realmente  Dios. Todas las personas que ves, con las que interactuas diariamente, son realmente Dios, porque sólo hay Dios. Los ángeles y los demonios, lo bueno y lo malo, la luz y la oscuridad, el arriba y el abajo, el espíritu y la sustancia, la energía y la consciencia, todo es Dios. Son sólo diferentes estados de la misma consciencia infinita que contiene y da forma a todo lo que existe, a todo lo que sucede y a las experiencias que genera. Todo lo que ves, sientes, oyes, hueles y experimentas es Dios. Evolucionar significa cultivar esa manera de ver la realidad, desarrollar la devoción, el respeto y el agradecimiento ante todo lo que existe, porque "Todo es Dios"






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domingo, 11 de agosto de 2013

DE LA IGNORANCIA A LA SABIDURÍA


Tu evolución comienza sintiéndote separado de los demás y del universo, creyendo que estas solo, que debes luchar y competir  para sobrevivir. Tu evolución termina cuando sabes con certeza que desde tu esencia individual, única y original, eres parte integral de una infinita uní-diversidad, de una realidad enorme y maravillosamente compleja, que conforma una sola entidad: El Todo. Una sola consciencia estructurada con un entramado perfecto para permitirle a la infinidad de entidades que la componen,  interactuar armónicamente para impulsar la evolución, el perfeccionamiento y la acumulación de sabiduría de cada una y de todo el conjunto.  Termina cuando sientes que tanto tu como todas las otras entidades con las que coexistes, a pesar de tener temporalmente distintas capacidades, características y niveles de consciencia, de formar parte de distintos reinos y dimensiones, son iguales potencialmente, porque todas llegarán a la iluminación, al momento en que asumirán la consciencia total como la suya propia...


Al comienzo de este extraordinario proceso de divinización, tu consciencia es extremadamente limitada, la visión distorsionada que tienes de ti mismo es la de una criatura sin poder, inmersa en un entorno hostil, rodeada de seres agresivos e insensibles con los que no estás unido de ninguna manera.  Crees que estas a merced de los eventos y situaciones que suceden a tu alrededor, generados tal vez por la casualidad, por castigo de un Dios implacable y vengativo o sencillamente por tu buena o mala suerte. En tu afán por sobrevivir te cubres con una armadura emocional y luchas por encontrar tu propia satisfacción, sin importarte lo que le suceda a los demás, a quienes tratas de vencer para triunfar y de controlar para que actúen de manera que te permita ser feliz. No sabes que eres parte de una realidad mágica que cambia dependiendo de lo que sucede en tu interior y luchas por cambiarla actuando afuera, no en ti mismo...



En ese limitado estado mental, tus falsas creencias, tu ignorancia, tus decisiones y conductas equivocadas, te producen un creciente sufrimiento. Lo acumulas en cómodas cuotas mensuales hasta que tarde que temprano tu alma se satura y experimenta una negra y larga noche. En ella descubres que no sabes nada, que tienes un modelo totalmente desajustado e inexacto de lo que es la vida, que la percepción que tienes de ti mismo y de Dios es totalmente incongruente. Lloras, rindes tu mente y por fin diriges tu mente hacia el arriba para pedir ayuda, guía e información que te permita salir de la horrible situación que experimentas. Cuando como alumno estas listo, comprometido con tu propia transformación, valorando  la información que  puedas recibir, siempre por arte de magia aparece y se manifiesta tu Maestro Ascendido, el que guia tu proceso evolutivo desde las dimensiones mas sutiles. Lo hace causando las sincronicidades necesarias para que llegue a tu vida la persona con sabiduría, el libro, la película, el taller o el viaje que te entrega la información que necesitas.  La información ilumina la oscuridad de tu mente y te induce a hacer una evaluación imparcial de tu vida, a arrepentirte de tu extremo egoísmo, de la pasión animal que domina tu vida o de la reactividad agresiva que tanto daño hace. Te permite además filtrar lo que sirve de tu antigua personalidad, para que con ella puedas crear una nueva identidad, más trascendente, más espiritual y un modelo de la realidad un poco más ajustado, menos distorsionado, pero lejos aún de ser perfecto...


Así te mueves hasta el otro extremo del péndulo y de ser un "malo egoísta" al que sólo le importaba su propia satisfacción te conviertes en un "bueno altruista" al que sólo le importa la satisfacción y la felicidad de los demás, pero nada la suya propia. Te identificas con ellos y experimentas su mismo sufrimiento, ignoras que es el que necesitan para localizar y trascender las falsas creencias y las conductas ácidas que lo generan, para acumular certezas sobre como no deben actuar si quieren ser felices, abundantes y sanos. Interfieres entonces en sus procesos evolutivos tratando de evitarles el sufrimiento que su propia ignorancia ha creado, asumes las consecuencias de sus errores y te responsabilizas por sus vidas, convirtiéndolos en unos seres dependientes, inseguros e incapaces de encontrar su felicidad. Pretendes cambiarlos, quieres que vivan sus vidas como tu crees que deben vivirlas y no de acuerdo a sus propios sistemas de creencias, irrespetas su libre albedrío y por supuesto obtienes resultados contrarios a los que esperas, tensión, estrés y gran sufrimiento. Además te llenas de rabia y rencor contra ellos porque no aprecian tu sacrificio, te deprimes y no entiendes porque la vida es tan "injusta" y las personas tan desagradecidas. Como sí fuera poco al sacrificar tu felicidad por ayudar a los demás, actúas en contra de tu propia esencia que busca ser feliz, te llenas de estrés y culpa cuando usas tu tiempo para ti y no se lo dedicas a ellos, cuando no los pones por encima de tus propios deseos e ilusiones. Por supuesto acumulas un creciente sufrimiento que conduce tu alma irremediablemente a una nueva y larga noche...


En ella encuentras que estabas desequilibrado, que lo justo es que te interese la felicidad de los demás pero con la clara consciencia que primero está la tuya, que tu primera responsabilidad es ser feliz, que una vez que lo seas podrás indicar con certeza el camino para obtenerla a los que te rodean en sufrimiento. Es así como te conviertes en "discípulo", en un ser disciplinado que verifica los resultados que produce en tu vida la información de sabiduría -certezas sobre como obtener siempre armonía- que el universo por diversos medios te entrega. Poco a poco, por prueba y error,  dándole poder a tu Ser y no a tu Ego, evitando juzgar las decisiones de los demás, permaneciendo en el tiempo presente y logrando el consenso y el acuerdo en todas tus interacciones con los demás, te conviertes en ¨justo¨…



El "justo" se encuentra en el centro exacto del péndulo entre el "malo" y el "bueno", allí en ese punto de neutralidad, de respeto por las experiencias que los demás necesitan para crecer y perfeccionarse, tu consciencia puede continuar elevandose, ampliando tu comprensión y tu discernimiento de lo que produce orden o caos, miedo o amor, pobreza o abundancia, soledad o compañía, salud o enfermedad.  Son los opuestos y el universo de contrastes los que se encargan de inducir un cambio en la percepción distorsionada que tienes de ti mismo, en las acciones que realizas -por ignorancia- en contra de tus propios intereses. Esta es la manera suave, gentil y respetuosa en que el universo te guía para que vayas adquiriendo la responsabilidad sobre tus creaciones, acumulando los dones, las virtudes, las habilidades y la sabiduría que te conducirán irremediablemente a la iluminación y a la divinidad…

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jueves, 8 de agosto de 2013

EL ARTE DE VIVIR



La vida es un arte que necesitas aprender y perfeccionar siguiendo tus propias direcciones e ideas sobre lo que quieres pintar en su lienzo. Tu ignorancia sobre ese arte de vivir hace que tus primeros trazos sean errados, desequilibrados y con una mezcla equivocada de colores, en las que predominan las sombras sobre las luces. Al no saber como crear felicidad, lo que produces son estados de No-Ser que siempre generan conflicto, pérdida de energía vital, depresión y enfermedad. Tus creaciones están llenas de verguenzas, culpas, apatías, rabias, rencores, odios y conductas ácidas, intolerantes e irrespetuosas...  

Desde el momento en que fuiste concebido hasta que cumpliste 7 años, recibiste de tus padres, de tus relaciones cercanas, de la sociedad, la cultura y la religión del lugar donde naciste, la mayoría de la información que hoy conforma tu sistema de creencias. Información que aceptaste como verdadera porque la recibiste de tus seres queridos. Sin embargo recibiste una mezcla de información falsa y verdadera. Por supuesto la parte de información falsa siempre te ha inducido a tomar decisiones equivocadas, ha creado sentimientos negativos y ha generado una visión distorsionada de la realidad, de ti mismo y de Dios. Esas falsas creencias, que has incrementado con la propaganda, las mentiras intencionadas y la desinformación de nuestra civilización, siempre te han causado sufrimiento, infelicidad, escasez, soledad y enfermedad. Es decir han sido y son la causa en tu mente de todo lo que realmente no deseas crear y experimentar...

Si en tu vida predomina el sufrimiento, la depresión, la insatisfacción, la escasez, la soledad o la enfermedad es porque tienes más falsas creencias que verdades sobre como funciona la realidad y lo grave es que crees que toda la información que usas para fundamentar tus decisiones es verdadera. Es hora entonces de comenzar a localizar y a trascender esas falsas creencias, esas conductas ácidas, reactivas, pasionales, conflictivas y auto destructivas. Las estás usando para fundamentar decisiones equivocadas desde los 7 años, cuando alcanzaste el ¨uso de razón¨, así llaman al momento en que terminaste de ¨adulterarte¨, cuando estrenaste tu ego, la información que conforma tu precario sistema de creencias...

Lo bueno es que como en todo arte, aprendes a vivir por prueba y error, actúas creyendo que vas a obtener armonía, para luego sorprenderte porque obtienes su opuesto: insatisfacción, frustración y sufrimiento. Hay que agradecer el error, en realidad solo equivocándote obtienes comprensión sobre lo que debes corregir para perfeccionar tu obra. Son los errores evidentes, los trazos desarmónicos los que llaman tu atención y te impulsan a corregirlos, a buscar sus causas, las que siempre están en tu mente. Son creados por falsas creencias que te inducen a ser inflexible, intolerante, arrogante y egoísta. El sufrimiento que produce el error las ilumina, las resalta y eso te facilita localizarlas y trascenderlas... 

Complicas innecesariamente tu obra cuando estando insatisfecho, inseguro, irritado y sin paz interior, distribuyes ese estado a los que te rodean. Tu infelicidad afecta a los demás, tu negatividad, tu pesimismo y tus preocupaciones, crean un clima malsano que llueve sobre tus seres queridos. La oscuridad no puede ocupar el mismo lugar de la luz, tus estados de No-Ser no pueden coexistir con la paz y la armonía. Esa negatividad surge cuando alguien actúa de una manera que no te gusta, no eres neutro, ni incondicional, buscas modificar su conducta, quieres que dejen de ser libres, que vivan como a ti te gusta para tu cómodamente poder ser feliz. Te vuelves intolerante, irrespetuoso y egoísta. No sabes que no son ellos los que necesitan cambiar para que tu seas feliz, sino tú el que debes volverte neutro, respetuoso de sus decisiones, incluso de sus decisiones equivocadas. Son las que necesitan para obtener el sufrimiento que los impulsa a examinar sus creencias y su conducta para poder evitar que se repita en sus vidas. Mientras no entiendas esto, las actuaciones de los demás te crearán tensión, angustia y sufrimiento, arruinando tu obra, haciendo que pierdas tu paz interior, que los trazos en tu lienzo sean groseros, oscuros y desequilibrados. Esto va a sucede hasta que entiendas que tu paz interior no debe depender de lo que suceda afuera, del mundo exterior que te rodea... 

El fluir de la vida siempre traerá situaciones que no te gustan, que chocan con el sistema de creencias que usas para tomar decisiones sobre como actuar y responder ante lo que sucede. Lo que deseas que suceda puede suceder o no y mientras reacciones negativamente siempre obtendrás sufrimiento, tu vida se volverá miserable. No hay nadie en la tierra cuyos deseos siempre se manifiesten, a quien no le suceda algo indeseado. Esa es la dicha de la vida, es lo que te permite aprender y corregir tus creaciones equivocadas, hasta que por prueba y error, logres transformarte a ti mismo en un eterno creador de realidades perfectas. En ese momento te iluminas porque ya no tienes nada que aprender como ser humano, aprendiste el arte de vivir…

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